LA POLÍTICA Y LOS CRISTIANOS
La política hoy en día es un gran desafío, que se presenta dentro de la humanidad, que reclama sus derechos y su participación interiormente entre las estructuras de gobierno de un país, es por eso que ante este reto de asumir el control del poder y su sano y equilibrado ejercicio, los cristianos somos agentes insustituibles de una nueva sociedad basada en la gestión del patrimonio público. Los cristianos somos los abanderados que portamos el estandarte del Evangelio, y como guerreros del Señor llevamos el arma de la Oración, más aun recordemos lo no dice el apóstol Santiago: “Una fe sin obras es una fe muerta”.
En este sentido, el papel que juega el cristiano es de suma importancia, precisamente en este tiempo donde nuestra patria clama la acción social de los cristianos; así lo afirman los documentos del Episcopado Latinoamericano: “En efecto, la insoslayable actividad y presencia de la Iglesia en lo político, proviene de lo mas intimo de la fe cristiana: Del señorío de Cristo, que se extiende a toda la vida. Cristo sella la definitiva hermandad de toda la humanidad; cada ser humano vale tanto como otro: “TODOS SON UNO EN CRISTO JESUS” (Documento de Puebla 516).
En este particular momento histórico no se puede evadir la política; más bien, es imprescindible involucrarnos: Los acontecimientos reclaman nuestra participación y reflexión diaria. Por otra parte la impotencia que conduce a los constantes atropellos a la sociedad, las mentiras, la agravada pobreza, la desconfianza hacia los poderes públicos, la intolerancia ante las ofensas y la violencia desenfrenada, han acelerado de manera progresiva la participación del pueblo y en especial de nosotros los cristianos.
Por ende, un cristiano sin compromiso político es un cristiano disminuido, sin carácter, sin una verdadera fuerza de cambio y esperanza en Dios que ama a su creación. Asimismo son incomprensibles los cristianos temerosos de asumir responsabilidades públicas, pues la tentación es llevar una vida fácil y un puesto honorable en la sociedad sin responsabilidades incómodas.
La acción cristiana iría en beneficio de todos, aunado esto a: la sensibilidad hacia los derechos humanos y una justicia social universal, unida a la acción libre y democrática de todos los credos y clase sociales; serían los elementos necesarios para una sociedad independiente, a la cual ya nadie quiere renunciar y descuidar en busca de sus propios intereses.
Los cristianos tenemos que exigir nuestros derechos dentro de una acción que vislumbra un compromiso de trabajo y entrega, es decir una acción social desinteresada y contundente que pueda contribuir como factor determinante y estabilizador de un gobierno sano y con instituciones que hagan renacer las esperanzas del pueblo venezolano.
La política ya no puede ser un terreno reservado a los aventureros, codiciosos, caza fortunas, entre otros; que sólo buscan el poder a toda costa. Además no puede ser un campo desde donde se promuevan algunas ideologías de moda sin ética ni valores. Como cristianos nos corresponde asumir nuestra parte si queremos asemejarnos a Cristo que no dudo dejarse crucificar para nuestra salvación.
ANIMATE, NUESTRA SOCIEDAD NOS NECESITA...
JORDANNY ROJAS
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